Iniciar esta aventura editorial era un sueño más que una apuesta, pero la entrega, el trabajo, la buena voluntad, el talento y, sobre todo, la perseverancia dieron sus frutos.
La Galera, revista de arte y contracultura… es una realidad que se convierte en un escaparate de los artistas independientes en la Ciudad de México.
El equipo editorial trabaja a distancia pero con empeño. Reforzamos nuestra idea de que el sueño colectivo es posible de cristalizar a través del respeto, la humildad y el compromiso de ser una posibilidad real e impresa de proyectar el arte y la contracultura de una de las ciudades más plural y llena de contrastes a nivel global.
Nos hemos posicionado con paso firme en el mercado cultural de CDMX.
Con principios y fundamentos que nos hacen diferentes:
Al ser una publicación impresa, sabemos que es muy caro sacar a la luz cada número, imposible hacerlo sin el apoyo del STUNAM (Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma de México)… del sindicalismo mexicano se puede decir todo, quienes integramos La Galera, sólo podemos decir que tenemos un profundo agradecimiento por apoyar este proyecto que no es más que el justo reconocimiento de que esta institución invierte en la cultura y el arte.
Como característica particular, La Galera, es gratuita… Se distribuye en las instalaciones de la calle de Centeno del STUNAM y en la Cineteca Nacional…
Para 2020, queremos crecer más:
Sumar a más colaboradores, proyectar a más artistas y creadores independientes, conseguir patrocinios y distribuidores… crecer.
Esperamos contar con la amable preferencia de los que hasta hoy nos leen y aprecian nuestro trabajo, además de llegar a más público interesado en el arte independiente mexicano.
Esperamos seguir contando historias que sumen al arte mexicano, que proyecten a nuestros creadores, acercándolos a las personas que aman la cultura, y a crecer como un espacio real, de calidad y fiel al principio de que somos una voz hecha letras que cree que los artistas son la conciencia del pueblo…
Las pocas oportunidades que he tenido de asistir a las bodas de familiares o amigos, asisto porque mi amor por ellos es mucho.
Evidentemente, de pequeña, no me preguntaban sí quería ir…
La boda de mi prima Arcelia, la más bonita de mis primas…
La boda de mi primo Rubén… el pintor que se casó con una francesa y fue el evento del año para nosotros, nativos de Xochimilco y con una onda medio malinchista… de ese matrimonio nacieron Amaranta e Isaura… y, creo, un chiquillo más… somos una familia que de repente se desliga unas décadas y luego se reencuentra…
La que de plano sí disfruté, porque tenía una responsabilidad importante, fue la de mi cuñada Patty… ella me encomendó coordinar y supervisar su boda… para mí fue un honor.
Me chocan los niños en la mayoría de sus presentaciones. Los míos, de entrada, lo pasaron algo riguroso y ha valido la pena.
Más, insisto, NO ME GUSTAN LAS BODAS!!!
La primera vez que comencé a acariciar la idea de casarme por la iglesia, fue un par de años antes de mi divorcio… sí, leyó usted bien, es increíble cómo nos podemos engañar, creyendo que un sacramento de la iglesia católica pueda “solucionar” todos los cimientos carcomidos del matrimonio…
Obviamente, soy una soltera feliz (Gracias!!! De verdad!!!) desde hace más de diez años y, reitero: NO ME GUSTAN LAS BODAS.
RIIIIINNNNGGGGGG!!!
Sonó mi móvil y, al otro lado de la conversación, se hallaba mi ahijado Pablo Antonio. A él lo conozco desde los doce años, fui su maestra de español y no lo traumé tanto ya que me adoptó como su madrina.
Primero me quiso adoptar como HADA MADRINA… y yo me opuse rotundamente… Cuando me invocara iba a salir muy mal librada de esa invocación.
¡¡¡MI HADA… MI HADA…!!!
Así que llegamos al acuerdo de que sólo fuera su madrina…
En fin… el punto fue que me invitaba a una función de una escuela de actuación donde había comenzado a estudiar recientemente…
En lo personal, me dio un gusto extremo al saber que Pablo estaba haciendo teatro… siempre ha sido su sueño y su pasión…
Con toda mi carga emocional a cuestas, me convencí de que sería posible en una Ciudad de México lluviosa y con doble HOY NO CIRCULA llegar a tiempo desde Xochimilco hacia Churubusco, en la calle de Tenis, en sólo 20 minutos, después de traumar niños escolapios de secundaria técnica durante doce horas… sí querido lector, leyó usted bien… en algún lugar del mundo, seguro es delito esta jornada laboral… pero en fin, ese es tema para otra entrada.
El tema aquí es uno y son más.
TEMA UNO: (…y el principal) NO ME GUSTAN LAS BODAS
TEMA DOS: (…el gustoso) PABLO ANTONIO ESTÁ ESTUDIANDO TEATRO
TEMA TRES: (…el temporal) SI SE PUEDE LLEGAR EN VEINTE MINUTOS DE LA GLORIETA DE VAQUERITOS A CHURUBUSCO A PESAR DE TATA MANCERA
TEMA CUATRO: (…el que nutrió mi pasión sin esperarlo)
EXISTE 7 A
¡Chabela! ¡Qué bueno que veniste! – así fui recibida en la casa de “los novios” y mi primera incógnita fue pensar si ese apuesto joven de pajarita me conocía y me llamaba con mi nombre castellanizado, pero no.
Hacer teatro es crear mundos alternos a una realidad que no nos satisface del todo. Y taller 7 A, teatralizó la realidad desde la llegada de los espectadores a LA BODA, exquisita adaptación del texto de Bertolt Brecht.
Literal, eres un invitado a la boda.
La espera previa, la misa obligada, la llegada tardía de la novia a la ceremonia en lujoso vehículo, la ceremonia con un sacerdote que terminas adorando por lo particular de su celebración, la foto con los novios y, no podía faltar, la fiesta con pastel, mole y plátanos con crema… quizá como mensaje subliminal a lo que sigue en la luna de miel.
Tan cercana a la realidad de las ceremonias nupciales mexicanas: la feliz pareja, la suegra metiche, el padre impertinente, la hermana incómoda, el “amigo íntimo” de la infancia, el ex novio, los gorrones, el teto, el abuelo y la amiga extranjera, los vecinos metiches, la muchacha de servicio… y el sacerdote, sí… el sacerdote que también es invitado a la fiesta y se libera de los hábitos que estorban.
La divertida adaptación de Raúl Zermeño, con la dirección de Alma Bernal quien nos involucra de una manera vivencial en la puesta, hace que justifique mi aversión por las bodas.
Tantos prejuicios sociales puestos a discusión: la virginidad prenupcial, la homosexualidad, la vocación artística en este país, la mamá gallina, el sacerdote nada respetuoso de la palabra… y la “felicidad” del matrimonio per se.
El Taller Séptimo Arte, me hizo pasar la mejor ceremonia nupcial de mi vida. Hasta la víbora de la mar, que siempre me ha parecido una tortura, me pareció divertida.
Comedia que se torna en drama que regresa a la risa que provoca la reconciliación… El mismo Gabriel Vargas (q.e.p.d.) habría reído de lo lindo en esta manifestación de amor a las ceremonias y a lo preconcebido a la mexicana.
Los personajes nos tocan y trastocan porque son y están cercanos. Los espectadores somos un personaje más dentro de la narrativa de la historia de amor de Consuelito y Chavita. Somos testigos de cómo la naturaleza a la mexicana es noble y olvida pronto… o al menos eso pareciera en un principio…
Eso de teatralizar la realidad quedó claro magistralmente por este reparto compuesto por alumn@s y maestr@s del Taller Séptimo Arte.
El maestro Luis Ibar y su grupo de colaboradores, con vasta experiencia nos incluyen en el mundo de LA BODA sin cuarta pared y sin realidad aparente. Todos somos ficción y todos somos reales dentro de esa boda maravillosa.
Tuve la fortuna de estar en el debate final. Y tengo que decir que quedé prendada de la filosofía del Maestro Ibar. En mi caso muy particular, siempre digo que el arte nos salva… en muchas ocasiones (la mayoría) de nosotros mismos.
Aquí, un lugar maravilloso de salvación de esa humanidad que se niega a coexistir sin pasión.
Sin duda LA BODA es una excelente oportunidad de vivir el teatro, sin embargo, también existen más propuestas del TALLER SÉPTIMO ARTE que no debes perderte…
Y reitero lo que tuve oportunidad de decirles al reparto y al Maestro Ibar:
El día que me case, quiero una boda como la que viví con ellos ese viernes indomable lleno de gratas sorpresas.
Felicidades Pablo Antonio, estoy orgullosa de ti, mi querido ahijado… y estoy feliz de que estés realizando uno de tus sueños en un excelente lugar… 7 A…
Por lo pronto, esta Madrina se retira, no sin antes decirles una frase que me nació del alma al término de LA BODA:
QUIÉN HACE BUEN TEATRO… HACE UNA BUENA VIDA…
Un abrazo…
Amen…
Elizabeth Llanos
Si quieres enterarte más de esta divertida puesta en escena y del trabajo de TALLER SÉPTIMO ARTE, aquí algunas ligas que puedes consultar…