Aline Duhart…

¿Qué haces con la sonrisa desconocida?

Lo recuerdo muy bien, aunque esto es una ambición sublime, mi memoria es selectiva… Pero, justo por esto, es importante que recuerde aquella tarde en casa de mi hermanito. Yo no conocía a Aline.

Aline, nombre a la francesa que evoca uno de los lugares que añoro conocer (…y, no… no es Francia) Con voz clara, firme y elegantemente cantarina, llegó con Mauricio, saludando a todos como si nos conociera de años.

Pequeña de talla, pero grande… ¿Me entienden? De esos soles interiores que iluminan las almas que necesitamos luz.

Así la conocí. Casual, parlanchina y amigable.

No me saludó de beso, muy a la usanza pre pandémica, pero sí se despidió, dejándome en la mejilla un halo de camaradería.

Y así, continuamos coincidiendo en casa de Picky… Entre bazares de recuerdos, plantas, mudanzas y coincidencias casi geográficas. Charlábamos como si fuera la continuación de una plática inconclusa en vidas anteriores.

A mí no me gusta el futbol americano, pero me gusta ver como se apasiona ella. Las apuestas eternas con Mauricio me divertían y su conocimiento de antigüedades y arte me cautivaba.

Sí, me gusta su alma… No me mal entiendan… o sí… total, cada quien es responsable de sus propios pensamientos que reflejan más de sí mismos que de los demás… Me gusta su alma: libre, guerrera, estéticamente irreverente, jovial y perniciosa para el aburrimiento.

Y la vida… sí, la vida nos da giros de tuerca en nuestros cuentos personales. Ese giro de tuerca llegó para Aline… Lo vi en redes, la preciada salud era amenazada por aquellas cosas que una no se explica porque no tienen por qué ser explicadas. No me atreví a comentar nada… ni un abrazo virtual… nada… sólo silencio. Ese silencio que caracteriza mi impotencia, pero estuve al pendiente. Y sí, Aline salió adelante.

Hoy, amo ver sus posts con tarántulas apasionadas por la NFL y el mundo intelectual y artístico en el que participa…

Aline… Todos somos inspiración de alguien… En formas específicas, tú eres inspiración para mí…

Yo no dibujo ni esculpo… sólo escribo… Y este texto es para ti.

Sigue iluminando los senderos que se cruzan con el tuyo… La vida no es sencilla (lo sabemos) pero vale siempre la pena continuar…

Te abrazo…

*las imágenes fueron tomadas del muro de FB del perfil de Aline.

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