Uno de mis primeros recuerdos de niña es observando la televisión de la cocina de mi casa. Un pequeño televisor B/N de veinticuatro pulgadas que sintonizaba los canales dos, cuatro, cinco, ocho y, menos ocasiones, el once y el trece.
Sin importar el programa, yo era la protagonista. Las telenovelas y caricaturas amenizaban las tardes después de comer. La televisión no se podía encender hasta las cuatro de la tarde, así lo dictaba mi mamá. Ambas lloramos con Remi, una de los primeros dibujos animados japoneses que llegaron a México; también nos enojábamos por todas las desgracias de las protagonistas de los melodramas de Televisa, como Vivir un Poco, Tú o Nadie y Cuna de Lobos. Mi papá Ramón, apresuraba su regreso del trabajo para no perderse un sólo capítulo de El Maleficio que nos llenaba de miedo pero no podíamos de dejar de verlo.
Los domingos, la pequeña Flor estaba en el escenario de Siempre en Domingo y la entrevistaba Raúl Velasco sin falta cada semana… Sí, yo era la pequeña Flor…
A los noticieros no les encontraba sentido aunque me divertía ver a Jacobo Zabludovsky con esos enormes audífonos en la cabeza y admiraba el porte de Lolita Ayala.
La vida me llevó lejos de los sets, las cámaras, los reflectores y micrófonos, pero me acercó a un par de caminos bifurcados que se entrecruzan siempre y me hacen ser lo que soy: la docencia y la escritura.
Más de cuarenta años después, mis historia se cuenta de muchas formas, pero todas mías y me gusta ser lo que soy, aún sin aparecer en las pantallas de las muchas empresas de medios de comunicación nacionales.
Después de veinte años, hice un gran paréntesis en mi labor docente en el Sistema Educativo Nacional Mexicano como maestra de secundaria en la asignatura de Español; estoy cierta que, tomar la decisión de servir a los adolescentes en su formación básica, fue una de las mejores que he tomado… y, dejar ese camino, también fue una de las mejores decisiones hasta el día de hoy…
Mi camino de letras lo inicié desde los catorce años… quizá antes y, profesionalmente, hace trece años ya… Cada vez más, la vida me dice que las letras son parte de mi ADN y de mi alma… Esa alma se comparte y se multiplica desde septiembre del 2020 con muchas mujeres que confían en mí e incursionan en ese amado camino de letras en mi Curso-Taller de Escritura Creativa… pero ese es un bello tema para otra ocasión…
¿Y los medios? ¿Dónde quedaron los pequeños sueños de esa pequeña Florecita?
Esos sueños nunca renunciaron a mí… Hoy por hoy, se convierten en realidad de una manera inesperada pero que se ha convertido en un amado reto.
Sí, he podido realizar mi sueño en los medios de comunicación audiovisuales a través de http://www.jadore-montreal.com/ en donde encontré la oportunidad de colaborar a cuadro y en producción… Y siguen más sueños, así pequeños y entrañables… Nuevamente la vida cruza mi camino con las personas indicadas que comparten, en mayor o menor medida, mi grado de locura… ¡Y eso me hace muy feliz!
Los invito a conocer estos sueños realizados, haciendo honor al lema de #JadoreMontreal, porque «Somos la TV Web en donde debes de estar»
Abrazos…
GALERÍA CREATIVA: http://www.jadore-montreal.com/galeria-creativa
EL SIGUIENTE LIBRO (en co-conducción con Miguel Palacio): http://www.jadore-montreal.com/elsiguientelibro
UN CLUB DE HUEVOS (en compañía de Lizbeth Marmolejo y Galilea Marcelino): http://www.jadore-montreal.com/unclubdehuevos