Los seres humanos somos creyentes de los ciclos, el tiempo no es una excepción…
El 2020, además de ser año bisiesto y fin de la primera década del siglo XXI, es una nueva oportunidad en muchos sentidos.
Iniciar un año es reencontrarse con sueños añejos (o que no se pudieron realizar en el año anterior) o plantearse nuevas metas.
Nada mejor como ver a los próximos 366 días con ojos optimistas, con aires nuevos y con propósitos (se cumplan o no) para continuar con este camino llamado vida.
La vida, la de cada uno, siempre tendrá muchos eventos que marcan la memoria y el alma; eventos llenos de alegría o de profunda tristeza, situaciones complejas que nos hacen fuertes y que entrenan nuestra capacidad para ser resilentes.
Vida, una eterna oportunidad de aprendizaje de la cuál, cada persona, aprovechará o no.
Ser una persona de paz, solidaria, empática y respetuosa es una de las empresas más complicadas de realizar en esta realidad. Es una triste verdad, que estamos rodeados de gente que es, en grado sumo, egoísta y cree que la superación debe de darse abusando y pisando a los demás.
La buena noticia, es que cada quien determina qué tipo de persona ser. Es más que cierto que la vida es quien pone en una justa balanza las obras de cada quien.
Por suerte, cuando tu firme convicción, apela a hacerte cargo de tu propia existencia y de los tuyos (por los que verdaderamente hay que responder); los hechos ajenos, aunque atenten en contra de tu paz y bienestar, por más maliciosos que estos sean, no te desviarán del camino que te trazas a corto, mediano y largo plazo.
Enhorabuena por aquellas personas que creen en su propia bondad y en la de los demás (entiéndase que todos tenemos un alma bondadosa que los propios demonios se encargan de callar y oscurecer su luz), gratitud y esperanza para aquellas personas que saben sumar en tus proyectos de vida, amor para aquellos que se solidarizan en la pena y la alegría; estos seres humanos somos más y quizá no hacemos mucho ruido alrededor porque el amor es silenciosos y no grita, se siente con la calidez de un abrazo, se mira en la sonrisa sincera y se escucha en la paz del silencio compartido.
Que este 2020 sea la mejor oportunidad para demostrarnos a nosotros mismos que podemos ser el mejor ejemplo de verdad y rectitud para los que nos siguen.
Respecto a la abundancia que merecemos (en el amplio sentido del concepto de abundancia), esa nos la da el trabajo, la perseverancia y las buenas decisiones. La vida te devuelve lo que lanzas a la vida misma, como búmerang lleno de la misma energía de tu espíritu.
Mis más sinceros deseos para que todos los días restantes, al mirarse al espejo, se sientan orgullosos de lo que son, se miren con convicción esperanzada de que serán buenas personas y contagiarán de esa energía positiva a su entorno inmediato.
Gracias a los que han sumado en mi vida, gracias mis maestros voluntarios o involuntarios, gracias a mis raíces, gracias a la vida misma y gracias a la energía universal que nunca se agota y siempre se renueva con un nuevo día… susurrando a nuestro oído con amorosa voz: te regalo este día para que hagas lo mejor para ti y los tuyos, en bondad, amor y alegría.
Por mi parte, mis letras seguirán en este universo, perdidas o encontradas, pero al final escritas… eso es lo importante. Seguiré creyendo en las buenas personas porque, como dice el refrán, el león cree que todos son de su condición.
Sea pues, esta entrada, la apuesta por mí, por ti que lees y por lo que casualmente se topen con este mensaje que cree en la buena voluntad del mundo.
Los espero en mi página Elizabeth Llanos Galería Creativa para seguir apostando por el amor y el abrazo sincero… Venturoso 2020…
Nos leemos pronto…
Elizabeth Llanos